1° Congreso de la Multisectorial: los desafíos de la ficción argentina

Durante la apertura del Congreso a cargo de Guillermo Tello, de la Multisectorial, y con la participación de representantes de APIMA, DAC, SATSAID, SADAIC, argentares, SAGAI y la Asociación Argentina de Actores, se plantearon las diversas problemáticas que atraviesa actualmente la ficción argentina y la ‘urgente necesidad de la posición de excelencia a nivel global que el país ha tenido a nivel histórico’.

Algunos de los exponentes, optaron por definir la problemática desde el lado cultural, remarcando que la ficción es ‘una expresión única y original de la cultura que ayuda a comprender la vida diaria’, mientras otros como Daniel Alvaredo, de DOAT, aportaron datos más contundentes. ‘En el primer semestre de 2013 se produjeron 30 ficciones en Argentina, en 2014 22, en 2015 14, y en el mismo período de 2016 tan sólo 6 –lo que representa una caída del 80%’, alarmó Alvarado.

‘Además del negocio, esto representa un descenso en los puestos de trabajo’, completó Pablo Storino, de SATSAID, quien remarcó que ‘en una telenovela trabajan 200 personas a lo largo de toda su etapa de desarrollo’. ‘En los últimos 2 años, hubo un 57% menos de trabajo para los actores en TV’, agregó Alejandra Darín, titular de la Asociación Argentina de Actores.

¿Cómo se avanza sobre estas problemáticas? De acuerdo con Tello, por medio del debate y avance de una Ley que permita avanzar sobre los cambios de rumbo del mercado. ‘Es necesario un debate político dentro de la industria y que se trabaje sobre dos ejes: la creación de un marco regulatorio, y el fomento para la producción audiovisual’.

Tras la presentación siguió el turno de Hernán Lombardi, ministro de medios públicos, quien junto a Gabriela Ricardes, secretaria de contenidos del Sistema Federal de Medios Públicos, y Martín Seefeld, de SAGAI, remarcó que el Estado no puede ser neutral dentro de la industria de producción de contenido. ‘Tenemos que ocupar un rol activo y crear una hoja de ruta en común con los diferentes sectores. Cada eslabón debe estar presente’.

Además, señaló que aún queda mucho por discutir, como las cuotas de pantalla para contenidos nacionales, cómo avanzar sobre la convergencia digital y cómo incentivar que sean las propias productoras las que salgan a vender el contenido. ‘Quien debe vender es aquel que realizó una obra y conoce bien el producto’. Siguiendo esta línea, destacó que actualmente existen cerca de 5.000 títulos cuyos derechos forman parte del BACUA (Banco Audiovisual de Contenidos Universales Argentino), que no son ofrecidos al mercado. ‘Lo único que genera industria es la visión a mediano y largo plazo’, concluyó.

También haciendo foco en el primero de los dos ejes del Congreso –el marco regulatorio-, estuvo Cynthia Ottaviano, de la Defensoría del Público de Servicios de Comunicación Audiovisual, quien describió los cambios desde la promulgación de la Ley de Servicios Audiovisuales, criticó los cambios realizados a través de un DNU por el Gobierno actual, señalando que es necesario ‘motorizar las normas que ya existen en lugar de crear nuevas’ y definió: ‘Cuando hablamos de televidentes ya no se habla de usuarios y consumidores sino de plenos sujetos de derecho. Consumo se transformó en acceso, y la mercancía en un derecho humano’.

En lo que respecta a producción de ficción para TV y nuevas plataformas, el director y productor Rodolfo Hermida señaló que ‘si bien se transformaron los medios de distribución, lo que importa sigue siendo el contenido’. ‘Hay que reestructurar el concepto de TV, y afrontar el desafío que implica la producción nacional para todos los medios’.

Por su parte, Pablo Echarri, actor y productor, marcó las dificultades para los realizadores de ficción, por un lado, por la poca disponibilidad de pantalla –solo un canal de TV abierta apuesta por la ficción de productoras independientes y el 60-70% de la misma es compra de enlatado según Echarri-,  y por el otro la diferencia de costos entre la producción y las latas extranjeras. Ejemplificó: ‘Una lata promedio se puede pagar entre 500 y 1.000 dólares por capítulo (USD 3.000 si es un éxito global), mientras que la realización de una serie como La Leona tiene un costo de USD 78.000’.

Rodolfo Hoppe por otro lado estableció un paralelismo con el pasado, y comparó la industria nacional con otras como la colombiana, que logró convertirse en potencia gracias a la alianza con empresas como Telemundo.

Octavio Nadal, director de Aura Films, remarcó que ‘la comercialización se ha convertido en el eslabón perdido de la cadena de valor. ‘La falta de visión económica impide los cambios en las reglas de un mercado que está acaparado por 5 empresas que concentran un 80% del contenido auidiovisual. La industria audiovisual requiere de la producción en cantidad’, puntualizó.

Y estableció un paralelismo con lo que ocurre en Francia con la industria: ‘Llevan 25 años de políticas de promoción y desarrollo de audiencias, y eso da como resultado a compra de 4 tickets por mes por habitante –en Argentina apenas supera 1-, que tienen a su disposición 5.000 pantallas, de las cuales un 40% (2.000) son para cine de arte y ensayo. En Argentina hay 850 salas y solo el 1% corresponde a este último grupo’.

¿Cuáles son las propuestas según Nadal para crecer?: ‘Inclusión de la comercialización en todas las mesas de discusión, profundizar las cuotas de pantalla incluyendo medio de continuidad y grado de repetición, y el fomento activo de la exportación audiovisual’.

Finalmente, el cierre de la primera jornada estuvo a cargo de un panel integrado por Carolina Cordero, de RTA; Michelle Wasserman, de Endemol Shine, y Nicolás Smirnoff, de Prensario, sobre la distribución de contenido a nivel internacional, y una conferencia presentada por la diputada Liliana Mazure, haciendo un balance desde su participación como presidente del INCAA.