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Can Can Club: la expresión en movimiento

28-11-2017
Creada 10 años atrás por Becho Lo Bianco y Mariano Bergara, Can Can Club es una de las principales creadoras y productoras de animación stop motion en Argentina y Latinoamérica. Tienen tres proyectos en marcha para 2018 en busca de su internacionalización.

Prensario visitó Can Can Club en el barrio de Núñez, Ciudad de Buenos Aires. Es un estudio diferente: abundan los personajes en miniaturas, papel, plastilinas, alambres, stickers y otros elementos que permiten darle vida, y por tanto sentido, a sus creaciones artísticas que luego se encargarán de animar.

Lo Bianco y Bergara manejan tres estudios, instalados en una vieja fábrica de medias que ellos mismos pusieron a punto. ‘Hace 10 años conocí al artista y diseñador gráfico Javier Mrad, quien vive arriba de nuestro estudio y es dueño de este espacio. Él me pidió hace 10 años hacer un corto, Dos Metros, y que fue nuestra primera producción’, explicó Lo Bianco.

Desde entonces produjeron tres cortos más, entre los que están Teclópolis (2008) e Inercia (2010), y tres series, como El Hombre mas chiquito del mundo (53x’1”10), y tienen en desarrollo tres proyectos de series para 2018: WawiPox (26x’5), presentado en el Snack & Screen de MIPCOM, Mandinga (26x’1) y Cuentos de dos Metros (26x’5), que se traslada a formato serie a partir de la idea del cortometraje multipremiado en 2008, y que recientemente ganó el segundo premio para Desarrollo de proyectos animados del INCAA. Todos están en proceso de generar un piloto. Además ruedan unos 10 comerciales por año para marcas como McDonald’s, Kellogg’s, Nintendo, Danone, Kraft, Cablevisión, Coca Cola, P&G, Gatorade, entre muchos otros.

‘Antes que nada somos animadores. El movimiento es la esencia de Can Can, nuestra identidad visual. La expresión de nuestros diseños aparece a partir de poder animarlos. La animación es nuestro medio de comunicación e identidad’, comentó Bergara.

Lo Bianco: ‘Teclópolis (cortometraje) nos llevó dos años de producción con muchas dificultades, cambios en los guiones e historia, falta de recursos y eficiencia en la producción. Hoy un proyecto comercial nos lleva dos meses en promedio. Hemos madurado, conocemos mejor la técnica y podemos desarrollar producciones en plazos más cortos, mejorando los tiempos y el presupuesto’.

Es en 2015 cuando comienza a tomar solidez la idea de generar contenido original y salir al mercado internacional. En octubre se incorpora al equipo Luciana Roude como productora ejecutiva del ala Can Can Club Contenidos. ‘Entonces El Hombre mas chiquito del mundo se estaba por empezar a filmar luego de 4 años de gestión. Dirigida por Juan Pablo Zaramella, y con producción ejecutiva de Anük Torre Obeid, el proyecto fue co-producido con las empresas francesas Les Filmes de L’Arlequin, JPL Films y France Télévisions (con estreno en septiembre 2017) y junto a Sistema de Medios para la señal PakaPaka en Argentina (con estreno en enero 2017). Finalmente Dandeloo; quedó a cargo de la distribución internacional. Todo esto conformó un cuadro mas que interesante para ser la primera serie del estudio’, dijo Roude.

‘Luego del estreno de la serie, el objetivo siguiente fue posicionar a la marca a partir del producto terminado. Darle visibilidad internacional al trabajo del estudio. Tanto en MIPCOM como en los distintos mercados que participamos se destacó el interés por dos características intrínsecas del producto: su formato corto y que no tiene diálogo’, subrayó ´Eso nos estimuló a desarrollar los próximos proyectos de contenido en paralelo a la venta para mantener al producto y la misión en movimiento.

A excepción de Aardman UK (Wallace and Grommit), Nexus Studios o Laika Animation Studios (USA) no son muchas las empresas multinacionales que producen stop motion a escala industrial. En Latinoamérica los principales exponentes del género son Zumbástico (Chile), Coala Filmes y Animaking (Brasil). ‘Se trata de un tipo de animación artesanal con un importante proceso creativo donde nos gusta invitar a la reflexión y el descubrimiento’, comentaron los directores.

‘Iniciamos Can Can Club como un proyecto artístico, pero hoy somos una empresa. Buscamos el balance de dedicar un porcentaje del tiempo a trabajar en comerciales y proyectos con creatividad externa colaborando con agencias y clientes mientras dedicamos tiempo a la creación artística y experimentación. La creación de contenidos y series propias es fundamental en nuestro futuro’, completaron.

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