Televisión

Streaming: Las posibles estrategias de Netflix

01-07-2022
En tanto la industria aguarda ansiosamente las cifras de suscriptores de Netflix al cierre del 2do. trimestre del año, ocurrido el 30 de junio, los analistas estadounidenses analizan los efectos y condiciones de su esperado lanzamiento de un servicio con publicidad hacia fines de año.

La conmoción se inició en abril, cuando la empresa declaró haber ‘perdido’ 200.000 suscriptores en el primer trimestre 2022, en lugar de seguir acumulado a buen ritmo nuevos clientes en todo el mundo. Aunque la baja respondía a que se habían dejado sin servicio 700.000 suscriptores en Rusia, con motivo de su invasión a Ucrania, las acciones de Netflix se desplomaron en Wall Street, en parte debido al alza de las tasas de interés de la Reserva Federal estadounidense, que afectó a todo el mercado.

De cualquier manera, el caso de esta OTT –como se denomina también a los servicios de streaming: “Over The Top”— fue particularmente doloroso porque su éxito está basado justamente en el constante aumento de la base de suscriptores, lo que denominamos el modelo “Silicon Valley” porque se contrapone con el modelo “Hollywood” de explotar los contenidos a lo largo del tiempo, en tanto un original de Netflix puede quedar obsoleto en tres meses. La mejora en el precio de las acciones aumenta el valor de la compañía, y con ello puede pedir más préstamos bancarios para financiar futuras producciones; cuando bajan, los acreedores se ponen nerviosos.

En este punto se reforzó la polémica sobre un posible servicio alternativo al actual, con publicidad “dirigida” (se la denomina ‘programática’) en función de los usos y costumbres detectados en el usuario. Este servicio tendría un costo mensual inferior al de los actuales, que va desde los 10 a los 15,50 dólares por mes en los Estados Unidos, y varía en el resto del planeta según el poder adquisitivo atribuido a la población, pero son generalmente superiores a los de la competencia.

Aquí aparece la cuestión de cómo manejar el flujo de publicidad. Primero se habló de que Netflix compraría Roku, empresa fabricante de un dispositivo y a la vez proveedora de programación para receptores de televisión que no sean SmartTV. Más recientemente, se han mencionado posibles pactos con Google –que opera YouTube, con amplia experiencia mundial en la materia—o la MSO de cable estadounidense Comcast, también experta en la materia y dueña del estudio Universal, la red NBCUniversal y Telemundo.

Las encuestas realizadas en Estados Unidos sobre el efecto que tendría este nuevo servicio sobre los ingresos totales de la compañía, considerando que parte de los actuales suscriptores migrarían a la nueva variante y ello reduciría los valores actuales y futuro del Netflix actual, no hay dado una respuesta concreta.

Por ciertio, es difícil predecir esto con precisión: para algunos analistas, podría llegar al 30% de los suscriptores en aquellas zonas donde esté disponible. De acuerdo a una encuesta de Cowen Consumer Tracking publicada por Variety , algo más de la mitad de los actuales usuarios en EE.UU. no estarían interesados en una versión de menor precio con publicidad. Algo menos de un tercio no tiene opinión formada; sólo el 4% se mudaría sin dudar y un 15% lo consideraría. Por supuesto, la gente cambia de opinión con facilidad.

Otra novedad concreta es que Netflix inició despidos de personal –tenía 11.300 empleados--, pero esto no modificaría su futuro. Más importante es que probablemente deba reacomodar su política de lanzamientos, reduciendo los costos, pero no la frecuencia. Un resultado inmediato de esta estrategia ha sido postergar la emisión de los dos últimos episodios de la cuarta temporada de “Stranger Things” para el 1º de julio: con ello, los fanáticos de la serie no interrumpieron su suscripción en el segundo trimestre.

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