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España: pionero y disruptivo

09-10-2017
El lanzamiento de la Televisión Digital Terrestre (TDT) ha sido sin dudas un punto la bisagra en la historia del mercado español, pionero en esta tecnología que revolucionó para siempre la industria de la TV. La fusión de plataformas, la llegada de los OTT internacionales y el ascenso del drama español.

Por Fabricio Ferrara

Con el apagón analógico de 2010, cambiaron las reglas de juego en España. El nuevo sistema TDT puso bajo un mismo paraguas a todas las televisoras. Casi al unísono, hubo un anuncio que sacudió a la industria: el Gobierno permitía mediante un decreto real la fusión de los grandes grupos privados, primero Telecinco + Cuatro, en Mediaset España, y luego, Antena 3 + laSexta, en Atresmedia.

Esas fusiones junto con el apagón analógico hizo germinar nuevos canales con varias licitaciones llevada a cabo, aunque no necesariamente benefició a la industria en su conjunto. Por el lado de la audiencia y del mercado publicitario, la atomizó; y por otro, esa concentración provocó que los nuevos canales que iban surgiendo tuvieran vida corta… o poca audiencia.

Pero por otro, la TV abierta, gratuita y digital generó beneficios concretos. Según Televisión en abierto. Contribución a la sociedad española de Deloitte, ésta supone la mayor aportación al sector televisivo español con un 63% de su volumen. Es el soporte más elegido por anunciantes con el 39% de la inversión publicitaria y el de mayor impacto en términos de notoriedad publicitaria.

Las industrias culturales y creativas (ICC) representan una contribución de hasta un 6,9% del PBI y un 5,2% del empleo. Los contenidos televisivos son el 93% del total de las audiencias del conjunto del sistema audiovisual, siendo la TDT la tecnología mayoritaria con casi el 80% del consumo total.

Recientemente, se anunció que la TDT deberá desalojar las frecuencias que ocupa actualmente para ceder espacio a las comunicaciones digitales de quinta generación, que permitirán el desarrollo de servicios electrónicos (e-commerce, sanidad móvil). Este cambio de frecuencias, coordinado por la Comisión Europa, deberá concluir antes de junio de 2020.

Junto con la crisis mundial 2008-2009, que afectó fuertemente a España, el establecimiento de la TDT llevó a las autonómicas a un nuevo desafío. El primer efecto fue el cierre en 2013 de Radiotelevisión Valenciana (RTVV), la crisis interna en Telemadrid y la privatización de su gestión de 7RM (Murcia).

La pérdida de la autonomía en manos privadas o, peor, el cese de actividades fue una cara de la moneda. La otro ha sido la caída en audiencias. En junio pasado la presidenta de la Federación de Organismos de Radio y Televisión Autonómicos (FORTA), Carmen Amores, acudió a la Asamblea de Madrid a reunir apoyos para garantizar la supervivencia de las TVs autonómicas.

No obstante, los datos oficiales indican que el principal problema para estas cadenas no tiene que ver con los presupuestos públicos, que se han mantenido relativamente estables durante estos años, sino con la fuerte caída que han tenido sus ingresos por publicidad durante la última década. Infoadex señala que entre 2007 y 2016 han perdido €227,8 millones en ingresos publicitarios.

Mientras que 2007 facturaron €354,7 millones, representando un 10,2% del total, en 2017 alcanzaron €126,9 millones (64,2%) y con una cuota que ha caído casi a la mitad, un 5,9% de todos los ingresos que registró el sector. Más allá del escenario complejo, las autonómicas siguen siendo líderes en sus mercados por historia y referencia a su público. Son sobre todo “refugio” del idioma, como el caso de TV Galicia o TV3 (Cataluña), entre otros muchos ejemplos.

Descargue aquí el informe completo, disponible en la edición especial de MIPCOM 2017

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