Telecomunicaciones

Internet: Llegan las redes privadas

16-05-2014
La decisión de la FCC estadounidense de admitir “vías rápidas” en las redes de Internet abrió las puertas a la inevitable aparición de redes privadas “premium” de Internet, para quienes puedan —y deseen— pagarlas.

Si bien es cierto que hay países como Bélgica en Europa, Brasil y Chile en América Latina, donde existe por ley el concepto de Neutralidad en la Red, que obliga a los dueños de las redes a tratar a todos los proveedores de contenidos por igual, la situación de mercado es diferente: con empresas como Netflix representando en ciertos momentos el 30% del tráfico de datos por Internet en ciertas redes de los Estados Unidos, es inevitable —aunque parezca antiético— que los dueños de las redes quieran cobrar de los grandes productores de contenidos un adicional para ‘garantizar’ que sus contenidos —esencialmente video— lleguen en forma satisfactoria a los clientes de Netflix, que pagan por ello.

De cualquier maneta, todo operador de redes de Internet puede bajar o subir la velocidad a que cualquier usuario recibe o envía información. También puede medir el comportamiento individual de cada usuario, y de es costumbre reducir el ancho de banda a quienes tienen un consumo considerado “excesivo” por el operador. Esto existe y no va a cambiar. 

En definitiva, con el video en Internet está sucediendo lo mismo que lo ocurrido con la televisión décadas atrás: primero se trató de un servicio broadcast, dirigido a la mayor cantidad de público posible; luego apareció la TV paga, para el público que no recibe TV de aire en forma satisfactoria o quiere una mayor variedad de programación, y más adelante los canales “premium” (HBO, Showtime en los Estados Unidos)  para quienes demandan contenidos especiales, en particular sin cortes comerciales o con menor censura que las transmisiones abiertas.

Con estas pautas, podemos esperar a futuro que sigan existiendo redes abiertas con una velocidad (ancho de banda) que pueda ser solventado por los usuarios mediante suscripción, pero habrá redes “premium” para quienes estén dispuestos a pagar más por el derecho de recibir mejor los contenidos. Ya en las redes abiertas ha aparecido la limitación del volumen de datos admitido cuando la velocidad es igual o mayor que 10 Mbps; las redes “premium” no hacen más que institucionalizar esto.

El componente nuevo es que también deberán pagar los “grandes” productores de contenidos, como Netflix, YouTube (Google) y otros actores relevantes del ‘streaming’ por Internet. Hasta ahora han transitado ‘gratis’, por así decirlo, pero esta situación, a instancias de los mercados, no es duradera.

Para el usuario común quedarán las redes de Internet abiertas de baja velocidad —digamos, hasta 10 Mbps, luego irán mejorando de a poco— y los gobiernos se esforzarán en regularlas. En Asia y algunos países europeos, donde el ancho de banda es muy superior a lo que existe en Estados Unidos y América Latina, la situación probablemente sea un tanto diferente, pero el contexto será el mismo. Quien quiera ofrecer o recibir contenidos con velocidad ‘comercial’ —por ejemplo, video HD en directo, sin hablar de 4K— deberá pagar más.

¿Es esto injusto, antiético, ilegal? Puede serlo, pero es la realidad. Y la realidad, como dicen los brasileños, no es triste. Lo que no tiene es ‘jeito’ (forma de arreglarla).

Lea más sobre 'neutralidad de red:
EE.UU: La FCC avala las “vías rápidas”
EE.UU: Justicia rechaza normas sobre 'neutralidad de red'
EE.UU: La FCC abandonó el concepto de "neutralidad de red" en Internet
La FCC vuelve a cambiar de opinión sobre la neutralidad en la Red

más leídas